No penséis que he entrado en una vorágine de dispersión y que ya he abandonado los jabones apenas empezados y me he metido en el campo de la alimentación ¡no!. Sin embargo este post va de eso, y es una forma de homenajear a mis amigas y colegas artesanas que igual te hacen un bolso precioso, que un chal de punto o un potaje digno del mejor profesional.
En este caso concreto, la imagen es de la mermelada que mi colega Rosa, entusiasta artesana con una gran vocación por lo manual , me regaló hace pocos dias. Es preciosa y está muy rica.