Me encantan los árboles, por eso son la base de mis pinturas e incluso grabados. Los he pintado de mil maneras distintas, y por mucho que lo haga no me canso de mirarlos. En otoño son fantásticos sin hojas, con sus ramas retorcidas y que se expanden, contrastando con el cielo gris o azul. En primavera y verano llenos de hojas que les dan un aspecto mullido y acogedor, o de frutas de brillantes colores que les dan un aspecto de frescor frente al agobiante calor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario